En el capítulo anterior, el dedicado a las críticas de la obra de Balthus, creo que ha quedado meridianamente claro que la opinión mayoritaria de los medios sobre su obra o es de ensalzamiento o es para informar de la exposición realizada en el Thyssen, detalles de su vida y de su obra artística, pero sin entrar en más valoraciones sobre el mensaje de su obra. Cuesta trabajo hallar artículos que estén en contra del mensaje que transmite la obra de Balthus. Es decir, las opiniones están escoradas hacia el mismo lado, con razón o sin razón, este será el primer tema sobre el que voy a tratar de pronunciarme en este post, desglosado en dos factores, el social y el económico, el segundo tema que trataré será sobre el fondo de la polémica: «Apología de la pederastia» y el último tema versará sobre la obra de Balthus en sí, de frente y sin tapujos:
1º) Opiniones escoradas sobre Balthus y su obra.
1-1 Factores sociales.
Entre las circunstancias que hayan podido influir en este escoramiento de las opiniones sobre Balthus y su obra creo que es importante tener en cuenta los factores sociales, vivimos en una sociedad donde constantemente nos estamos etiquetando y esta situación conlleva que a la hora de expresarnos no lo hagamos con la libertad que nos pide el cuerpo, según la etiqueta que nos asignen podemos ascender o descender en el escalafón de valores donde nos hallemos alojados, y el miedo a perder ese estatus puede hacer que lleguemos a la autocensura a la hora de expresarnos.
La obra de Balthus, cuando menos, es considerada prácticamente por todo el que se pronuncia sobre ella como controvertida, la mayoría de los amantes del arte repudiamos censurar una obra por su contenido, independientemente de si es de nuestro agrado o no, o de si estamos de acuerdo o no con el mensaje que desea transmitir su autor. En este caso, el autor es considerado como uno de los grandes del siglo XX, posmoderno y transgresor, por encima de la moralina añeja del común de los mortales, esa es más o menos la etiqueta que se le ha asignado, y ahora el periodista en su artículo puede identificarse con esa etiqueta, o bien por encima o por debajo, con todas las consecuencias que conlleva a nivel profesional, no es lo mismo dar la imagen de un escritor etiquetado en el posmodernismo que en el clasicismo retrógrado y moralista.
1-2 Factores económicos.
Otro de los motivos por los que la opinión periodística se puede haber declinado en el mismo sentido tiene que ver con algo tan antiguo como el dinero. El Museo Nacional Thyssen Bornemisza, es uno de los museos más importantes del país y realizará sus campañas de publicidad entre los distintos medios de comunicación, que evidentemente se verán mediatizados a la hora de expresar sus opiniones por algo tan trivial como la propia subsistencia del medio de comunicación en cuestión. También hay que tener en cuenta, que en la financiación del Museo Thyssen y de sus actividades participan diversas instituciones e importantes empresas:
– De la Administración General del Estado.
– De los Organismos Autónomos de la Administración General del Estado.
– De otros del sector público estatal de carácter administrativo.
– Del sector público estatal de carácter empresarial o fundacional.
– De la Unión Europea.
– De patrocinadores entre los que se encuentra: el Banco Santander, Fundación BBVA, Fundación Muta Madrileña, Mastercard, Comunidad de Madrid, Endesa, Asisa, Fundación la Caixa, Aciona, Abertis, Heineken, Fundación Iberdrola, Fundación Sabadell, Audi, Samsung, Artika,…
Los medios de comunicación dependen económicamente de la publicidad y esta de las instituciones y empresas que se publicitan, con lo cual digamos que la opinión de los medios de comunicación, sobre temas que puedan tener alguna repercusión sobre su financiación, se pueden ver relegadas a comentarios a favor de la corriente o como mucho comentarios asépticos y meramente informativos. De ahí, que en los artículos recogidos en el capítulo IV, dedicado a las críticas, de ocho medios de comunicación sólo uno manifestase abiertamente alguna contrariedad con Balthus y su obra, se trata de “EL SALTO”, medio cuya subsistencia depende en su mayor parte de sus asociados y cuya reciprocidad se presupone exclusivamente en un periodismo libre e independiente.
2º) Apología de la Pederastia.
Para poder pronunciarnos sobre si la obra de Balthus o su exhibición pública podría estar incurriendo en apología de pederastia, comencemos por analizar estos términos:
La Real Academia Española los define de la siguiente manera:
- Apología.- Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo.
- Pederastia.- Contiene dos acepciones:
- Inclinación erótica hacia los niños.
- Abuso sexual cometido con niños.
Con respecto al término “Apología”, hacer una observación, creo que el significado está sin adaptar a los nuevos tiempos, el mensaje se puede transmitir de muchas formas, no sólo mediante el discurso de la palabra o por escrito, a mi juicio, también se puede transmitir mediante cualquier tipo de medio que sea capaz de transmitir un mensaje a otras personas. De hecho, el Código Civil lo contempla en un sentido mucho más amplio:
El artículo 18 del Código Penal establece lo siguiente:
1. La provocación existe cuando directamente se incita por medio de la imprenta, la radiodifusión o cualquier otro medio de eficacia semejante, que facilite la publicidad, o ante una concurrencia de personas, a la perpetración de un delito.
Es apología, a los efectos de este Código, la exposición, ante una concurrencia de personas o por cualquier medio de difusión, de ideas o doctrinas que ensalcen el crimen o enaltezcan a su autor. La apología sólo será delictiva como forma de provocación y si por su naturaleza y circunstancias constituye una incitación directa a cometer un delito.
2. La provocación se castigará exclusivamente en los casos en que la Ley así lo prevea.
La razón de ser de este delito es evidente: la libertad de expresión no puede amparar la lesión de bienes jurídicos superiores.
Analicemos ahora el término de “Pederastia”, de las dos acepciones que realiza la Real Academia, al menos una de ellas, “Abuso sexual cometido con niños”, está tipificado en el Código Penal, en su art. 183.1, estableciendo lo siguiente:
“El que realizare actos de carácter sexual con un menor de dieciséis años, será castigado como responsable de abuso sexual a un menor con la pena de prisión de dos a seis años”
Por tanto, al hablar de “Apología de pederastia”, estaríamos hablando de:
– Provocar o incitar a una actitud de inclinación erótica hacia los niños, (en el caso más leve, por decirlo de alguna manera), ó
– Provocar o incitar al abuso sexual de niños (en el caso mucho más grave, tipificado por el Código Penal)
3º) Balthus, de frente y sin tapujos.
Una vez que tenemos más o menos claro a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de “apología de pederastia”, también tenemos que tener en cuenta una cosa, no es lo mismo analizar una sola obra de Balthus donde si nos atrevemos a interpretar su mensaje puede ser poco acertado, que a realizar esa interpretación sobre su obra completa, donde sí podemos emitir un juicio de valor con cierto conocimiento de causa, por tanto pasemos a realizar un análisis, que aunque en este post no pueda ser lo suficientemente exhaustivo, sí nos pueda quedar una idea bastante clara de su trayectoria:
– Comencemos por ejemplo por una de las famosas Thérèsse:

A simple vista es un retrato atractivo, con una técnica correcta, alguien podría pensar que es algo sugerente, pero podríamos decir perfectamente que la sugerencia de su mente, es la suciedad de su moral, que no hay nada más allá en el retrato que una niña inocente.
-Pasemos ahora a otro de los famosos cuadros Thérèsse, en este caso Thérèsse en una banqueta (por cierto, vendido recientemente por 17 millones de euros):

Es un cuadro a mi gusto más atractivo que el anterior, donde la técnica en cuanto a colores y composición es más acertada, alguien después de ver el cuadro anterior y contemplar este otro podría tener más razones para pensar que el cuadro sugiere cierto erotismo en la adolescente, pero aun así, todavía podríamos decir que todo lo que ve más allá del retrato inocente y desenfadado de una niña, es problema de su mente.
- Después de contemplar estos dos Thérèsse, pasemos ahora a observar un tercero, Thérèsse soñando:

Es un cuadro precioso también, la técnica creo que correctísima, un juego de luces y de colores muy agradecido, en cuanto a la composición muy acertada también, pero en el tema de los elementos añade algunos más, pasa de mostrar las piernas de sus modelos a mostrar las piernas y la ropa interior de la adolescente, añade la sensación de agrado en la adolescente ante el supuesto sopor que le produce el sol que entra por la ventana, se supone, pero añade otro elemento más, donde entra en juego la mente del espectador, me refiero al gato tomando o lamiendo leche; podemos ver a un simple animal que acompaña a la adolescente, pero también podemos ver ese objeto fetiche del autor, un nexo atemporal que acompaña a muchas de sus modelos en sus poses eróticas. La circunstancia de que el gato sea un animal doméstico, cariñoso, que busca las caricias, el que en este caso en particular está lamiendo o bebiendo la leche,…, son elementos sugerentes abiertos a la mente del espectador en el que cada uno podemos contextualizarlo e interpretarlo de una manera diferente, como sugerente o circunstancial, es cierto, pero también es cierto e innegable que, después de ver en conjunto los tres cuadros, hay una cierta correlación en la forma de mostrar la piernas en los tres cuadros donde se denota con claridad cierta intencionalidad erótica.
Pero prosigamos, después de visitar la exposición sobre Balthus en el museo Thyssen y de ver otras creaciones a través de distintos medios, he podido conocer y contemplar más de un centenar de obras suyas, de las que aproximadamente en un setenta por ciento tiene un contenido con cierta intencionalidad erótica sobre niñas o adolescentes, de entre ellas he seleccionado algunas como muestra:
- Obras sugerentes, similares a las Thérèse:
Nos encontramos ante la misma situación que las famosas Thérèses, de forma individual no advertimos nada especial casi en cualquiera de ellas, pero en su conjunto es innegable la intencionalidad erótica.
Proseguimos con otro grupo seleccionado de cuadros donde aparecen desnudos de las adolescentes:
Es innegable las cualidades artísticas y la sensibilidad del autor, pero también es innegable el erotismo en las adolescentes ante la mirada intencionada de, al menos el autor de la obra, que no deja de ser un adulto.
Otra obra que considero controvertida es en la que retrata a su amigo y pintor André Derain, junto a una de sus lolitas:

La imagen a mi juicio es un tanto repulsiva, no dejo de ver a un señor mayor, en ropa de andar por casa, y a una joven que aunque esté en posición de posar para un cuadro, mantiene una posición sugerente, al mostrar parte de su pecho izquierdo y la falda ligeramente plegada hacia arriba.
Por último y como obra más polémica el famoso cuadro «lección de guitarra», que entre otras cosas no creo necesario volver a mostrarlo, ya se muestra en el capítulo III, es evidente que se trata de un cuadro de sexo explicito entre una profesora y su alumna, que bien podría ser considerado pornográfico.
Además de su obra se han realizado exposiciones de las instantaneas polaroid realizadas por Balthus en su última etapa, mostradas algunas también en el capítulo III, reconozco haberme autocensurado para mostrar algunas más por estar bastantes más subidas de tono y considerar innecesario más ejemplos para interpretar su trayectoria.
Sobre su obra pictórica reconozco tener un mar de dudas, en cuanto a las instantáneas creo tener pocas dudas, fueron realizadas como apuntes para realizar cuadros y han sido expuestas y vendidas después de su muerte, fuera de contexto, desgajadas de su cadena natural, por lo que creo que podrían ser consideradas perfectamente material pedófilo.
Volviendo sobre la obra pictórica, empatizo bastante con lo que decía Tania López, la redactora de «El Salto», creo tener una tormenta de sensaciones, por un lado me seduce bastante su tipo de pintura: tradicional de su época, sin aspavientos ni florituras, sin más inventos que lo ya inventado, pero con una enorme sensibilidad y belleza, también con unas técnicas que te retrotaen a lo más vintage, la técnica de congelar los personajes en el tiempo, la mezcla de los tonos rojizos sobre todo, las composiciones, el sopor de las figuras… Distingo el erotismo de toda su obra en las figuras adolescentes, y aunque no me afecta y me perturba, porque tengo muy claro mis inclinaciones y mis convicciones, reconozco que no me gusta la mirada del autor ni la de nadie en ese sentido sobre las niñas, también reconozco que soy padre de dos niñas adolescentes, y tal vez mi posición pueda ser un mecanismo de defensa y protección paternofilial.
Entiendo que la libertad de expresión tiene que tener los límites que establece la ley para que no llegue a lesionar bienes jurídicos superiores, el problema está en establecer esos bienes jurídicos superiores. Como decía, creo tener claro que la exposición o venta de las instantáneas polaroid que hizo Balthus a sus modelos puede ser material pedófilo, pero la exposición de sus pinturas no creo que lo sea, no obstante, considero que de alguna manera sí se hace apología de la pederastia, en primer lugar porque hay una clara intencionalidad de mostrar el erotismo en la adolescencia, en segundo lugar porque está dirigido a un público adulto y en tercer lugar porque esta situación nos convierte a los espectadores, queramos o no queramos, en una parte activa del juego, en voyeurs ocasionales donde desconocemos la respuesta individual de los espectadores, cerrándose el círculo de elementos necesarios para considerar la apología de pederastia:
- Hay un provocador.
- El provocador incita a que nos deleitemos con la belleza del erotismo en la adolescencia.
- El medio es su obra pictórica.
- Los receptores somos los espectadores que acudimos a sus exposiciones, y que en un porcentaje prácticamente de casi el 100% somos personas adultas.
Aún así no estoy en contra de la exposición, estoy en contra de que se trate de edulcorar más el dulce y no se digan las cosas como son, de frente y sin tapujos.
Centrándonos en la exposición del museo Thyssen por ejemplo, tanto los organizadores como el mismo comisario de la exposición tratan de justificar la obra de Balthus alegando que en la actualidad está descontextualizada en el tiempo y eso nos lleva a la confusión, tan solo reconocen en algún momento que sí era un pintor provocador y que le gustaba poner a prueba la moral de la burguesía.
Creo que la obra completa de Balthus no deja lugar a dudas en «mostrar ese erotismo en las mujeres, cuando son niñas y empiezan a dejar de serlo«. Desconozco si esta obsesión obedece a un trastorno infantil por la separación de sus padres cuando sólo era un niño, por ver a su madre con otra pareja o simplemente porque realmente creyó que era uno de los momentos más bellos del ser humano.
También creo tener claro que Balthus, independientemente de sus sentimientos sobre la obra que estaba realizando, utilizó este tipo de pintura para salir de la mediocridad, a sabiendas de ser un provocador, con toda la intencionalidad y la consciencia de saber lo que estaba haciendo, midiendo mucho su comportamiento para no ser juzgado por lo que a simple vista parecía ser, recordemos que siempre contaba con la autorización de los padres de sus modelos infantiles, incluso les invitaba a estar presente en sus posados, no dejaba de ser un poco como el que «tira la piedra y esconde la mano».
Actualmente, el comportamiento de su familia y el de los organizadores de las exposiciones de su obra creo que es exactamente igual: el fin último de los organizadores es que acudan muchos visitantes a la muestra, de hecho en la exposición de Balthus en el Thyssen se dan unas cifras superiores a los 12.000 visitantes, esto les favorece tanto a ellos como a los patrocinadores, colaboradores, las entidades y organismos públicos implicados, todos rentabilizan su inversión de una manera u otra. En cuanto a la familia consigue que la obra de Balthus se revalorice más y más, recordemos también la noticia de que el cuadro «Thérèsse sobre una banqueta» ha sido vendido recientemente por unos 17 millones de euros, muchas de las instantaneas polaroid se han vendido a unos 15.000 euros cada una.
Todos salen ganando, pero también todos, entre los que me incluyo aunque solo sea como espectador, somos partícipes de vulnerar uno de los pactos tácitos, más importante de cualquier sociedad y de la naturaleza en sí misma, se trata de la perpetuidad de los seres vivos, de la raza humana, de la protección de nuestros descendientes, de nuestros hijos, no solo a nivel físico, también a nivel afectivo, emocional y de salud mental, entre todos procuramos generar una sociedad que los proteja al menos hasta que la madurez los haga valerse por sí mismos y este tipo de exposiciones, no digo que lo haga, pero podría inducir a comportamientos que los hiciesen un flaco favor.
La obra pictórica de Balthus creo que no transgrede ninguna norma jurídica en nuestro sistema democrático, pero en su conjunto lleva implícito un mensaje que rompe ese pacto no escrito de comportamiento cívico que la mayoría de la sociedad compartimos, por tanto, mi opinión y mi respuesta a la pregunta que aparece en el encabezamiento de estos cinco capítulos sobre Balthus, es que sí:
¡LA OBRA DE BALTHUS ES UNA MARAVILLOSA PERLA, PERO ENVENENADA!
Creo que la obra de Balthus es una maravillosa perla, pero envenenada, que podría haber sido utilizada por su autor para transgredir una frontera que muy pocos se atreven a cruzar públicamente y que le aportaría, para lo bueno o para lo malo, una distinción que por cauces normales resulta muy difícil de conseguir. Por el contrario, también puede ser que sus sentimientos fuesen realmente los que reflejan su obra, no por ello deja de ser menos artista, pero difiero muy mucho de esa actitud transgresora de entremezclar dos mundos que considero antagónicos: el erotismo o el sexo explícito entre personas en etapa de madurez y aquellas que pertenecen a etapas de crecimiento e inmadurez, como son la infancia y la adolescencia.
Dejemos el mundo de la infancia y la adolescencia como está, una de las etapas más bellas de la vida humana, con sus torpezas, con sus atrevimientos, con su ingenuidad, con su dulzura, con su erotismo y con su sexo claro que sí, pero sin nuestro intrusismo, aceptemos las etapas que hemos dejado atrás y las que nos corresponden vivir, dediquémonos a protegerlos y a vivir la vida con ellos, pero desde el respeto, porque así lo establecemos en las normas jurídicas establecidas en nuestra democracia y desde el cariño paternofilial, porque así también lo establece la naturaleza en el devenir de los tiempos para proteger y perpetuar la vida.
Fdo.: Josehu PR
Pingback: Balthus, ¿Perla envenenada…? (I de V) – Mi ventana y la tuya
Pingback: Balthus, ¿Perla envenenada…? ( IV de V) . Críticas. – Mi ventana y la tuya