Su verdadero nombre era Balthasar Klossowski de Rola, nació en París un 29 de febrero de 1908 y fallecció en Rossiniére (Suiza) con 92 años, un 18 de febrero de 2001. Tenía un hermano, Pierre, que era tres años mayor que él.

De familia noble, sus padres Erich Klossowski, un reconocido historiador de arte de origen polaco, perteneciente a la élite cultural francesa y su madre Elisabeth Dorothea, pintora de origen ruso, conocida como Baladine Spiro, reconocida también en la élite cultural de París, ambos nacidos en Prusia y emigrados a Francia . El hermano Pierre Klossowski filosofo, escritor y dibujante, alcanzó fama por sus relatos sadoeróticos, sus ensayos en defensa de la obscenidad y sus estudios sobre el marqués de Sade: la película Saló o los 120 días de Sodoma, de Pier Paolo Pasolini, está basada en una de sus obras. Eugen Spiro, tío de Balthus, hizo una importante carrera como pintor en Berlín y luego en Nueva York . Tanto Balthus como su hermano Pierre, crecen en sociedad y en un ambiente artístico.
En 1919 ocurrieron varias circunstancias que probablemente fueron determinantes en su vida y en su obra artística, sus padres se separaron después de un viaje a Provenza y su madre, la pintora Baladine, se enamoró del poeta Rainer Maria Rilke, uno de los poetas más importantes en alemán y de la literatura universal . Para Balthus, a la edad de 11 años, aquello supuso una conmoción, pero también sucedió algo trágico a ese niño de 11 años, perdió a su gato, Mitsou. Y dibujó con tinta negra 40 estampas sobre la búsqueda del animal, sobre su recuerdo, sobre la desolación de la ausencia.
No tiene diez años cuando estalla la Gran Guerra. Se van de Francia con sus padres porque son cazados por su pasaporte alemán. Después de una corta estancia en Suiza, en Zurich, van a Berlín, donde viven con la familia de su tío Eugène Spiro.
Balthus empieza a dibujar y pintar desde muy joven, alentado por el poeta Rainer Maria Rilke, amante de su madre en aquella época.

Con tan solo 13 años publicó su primera obra de arte importante, los cuarenta dibujos en los que reflejaba su profundo amor por su gato Mitsou, los cuidados, las aventuras que pasan juntos y la tristeza en la que se vio sucumbido cuando se marchó.
A Rilke le gustaron tanto los dibujos del pequeño que escribió un prefacio y los publicó bajo el título de “Mitsou, historia de un gato”.

La historia del niño y el gato Mitsou, será la antesala a la creación de un símbolo que persistirá a lo largo de toda su vida y en buena parte de su obra pictórica, probablemente un nexo atemporal que podría conectar con su infancia.

Desde muy joven tenía claro que era pintor, jamás pisó una escuela de Bellas Artes, convencido de sus principios, rechazó una enseñanza artística reglada y pasó días enteros en el Louvre copiando a sus maestros Poussin y Courbet entre otros y aprendiendo de la luz y de las composiciones de Velázquez, Rembrandt y del propio Goya.
Pierre Bonnard, amigo de la familia, lo tuteló durante un tiempo, su influencia se hizo notar en las primeras obras de Balthus: los paisajes, arboledas y personajes de colores vivos que recuerdan en su fuerza a los postimpresionistas.
En 1923, descubrió Inglaterra y una cultura que le causará una impresión duradera, particularmente con su literatura (Byron, Emily Brontë, Lewis Carroll).
En el verano de 1926, Balthus pasó varios meses en la Toscana, donde se familiariza con el el arte italiano del Renacimiento: el tratamiento de la perspectiva, el uso de los elementos arquitectónicos y especialmente de los personajes estáticos, los frescos de Piero della Francesca y del Masaccio, influencias que le llevaron hacia el camino de la figuración. También se dejó influenciar por Courbet, Cézanne, Seurat, Picasso y la pintura popular.
Al año siguiente, realizó su primera obra pública: los frescos de la iglesia del pueblo de Beatenberg, ahora cubiertos. Él está en esos años a menudo en París, Berlín o Zurich. Es en esta última ciudad expuso por primera vez, junto a otros dos artistas, en la galería Forter en septiembre de 1929.

El año 1931, su vigésimo tercer año, lo pasó en el ejercito para realizar su servicio militar en Marruecos en el ejército francés.

En 1932 vivió entre París y Berna, donde copió al pequeño maestro suizo Josef Reinhard en el Kunstmuseum. En 1933, alquiló su primer gran taller en París, al lado del que trabajaba Delacroix. Conoce a Derain, Giacometti, Artaud, Jouve que se convierten en parientes.
Balthus cortejó durante años a Antoniette hasta que le anunció que iba a casarse con un diplomático y le pidió que no le escribiera nunca más. Afectado por la noticia intentó suicidarse con una ingestión de láudano, salvándose milagrosamente porque su amigo Antonin Artaud le encontró a tiempo. Después del intento de suicidio, pintó La lección de guitarra (probablemente su obra más polémica y que a día de hoy casi ningún museo se atreve a exhibirla).
Un amigo de la familia, le presentó al dueño de la galería Pierre Loeb, quien organizó su primera exposición individual en abril de 1934. Una muestra «impactante» en la que Balthus recreo el tema de la violencia y el sexo y que no dejó indiferente a nadie, incluyendo cuadros como Lección de guitarra (1934) obra de sexo explícito, donde se conjugan lesbianismo y sadomasoquismo entre una profesora de guitarra y su alumna adolescente. También expuso uno de sus cuadros más admirados «La calle» esta obra ofrece muchos motivos de inquietud: un episodio de acoso, la desproporción de los niños, el carácter mecánico de uno de los transeúntes . La exposición no tuvo éxito comercial pero sí fue un punto de inflexión para darse a conocer. Aunque no se vendió nada se llegaron a escribir algunos artículos buenos. Comenzó el escándalo, Balthus tenía 28 años.

Dos años después conoció a la pequeña Thérèse Blanchard, la retrató de los 11 a los 14 años, unas diez obras, en algunos casos sola y en otros acompañado de su hermano Hubert, dos años más pequeño que ella. Uno de esos cuadros es «los hermanos Blanchard» adquirido por Pablo Picasso y donado al estado Francés tras su muerte. La obra «Thérèse soñando» también ha sido de las que más polémica ha suscitado, sufrió un intento de censura en Nueva York, con más de 12.000 firmas recogidas.
Mientras Balthus pintaba a la niña, Antoinette de Batteville renunció a su diplomático y le aceptó el matrimonio. Aparte de su mujer también fue su modelo, pero no como una mujer de 32 años con dos hijos, sino como la chica adolescente de la que se había enamorado en Suiza años atrás.
Paralelamente a los retratos comisionados, para ganarse la vida, hace escenarios, primero con un amigo íntimo de su padre, Victor Barnowsky, quien presenta «As You Like» de Shakespeare en París. Luego con Artaud para su propia obra de teatro Les Cency. Estos eventos ayudan a consolidar su reputación naciente entre una elite artística parisina.

Entre su círculo de admiradores y amigos se encontraban los escritores Pierre-jean Jouve, Albert Camus, André Gide, Antoine de Saint-Exupéry, el fotógrafo Man Ray, el actor y dramaturgo Antonin Artaud, los artistas Joan Miró, los hermanos Giacometti, Pablo Picasso, el cantante y actor David Bowie, etc
Balthus era el único artista con vida que tenía obras en el Louvre (procedentes de la colección privada de Pablo Picasso donada al museo)
En el tema del amor su situación cambió en 1962, en un viaje a Japón conoce y se enamora de Setsuko Ideta. Ella tiene diecinueve años y lo sigue a Roma, se convierte en su modelo y su mujer. Se divorció de Antonieta en 1966 para casarse con Setsuko en 1967.

André Malraux, recientemente nombrado Ministro de Cultura y con quien Balthus había mantenido un contacto amistoso desde 1946, se acercó a Balthus para encomendarle la dirección de Villa Medici en Roma. Balthus aceptó y asumió el cargo en agosto de 1961, no sin su nombramiento, lo que causó mucha agitación ya que no pertenecía al instituto de Francia. En 1964 se mudó a Roma donde presidió la Academia Francesa en Roma. Allí hizo Amistad con Federico Fellini y el pintor Renato Guttuso.

Rosiniere, 1992)
La pareja permaneció en la capital italiana durante 16 años, durante los cuales Setsuko le dio dos hijos, Fumio, en 1968, que solo vivió dos años, y Harumi, nacida en 1973.

Balthus fabulaba sobre sus orígenes, inventándose un pasado aristocrático, atribuyó a su padre el condado de Rola y hacía bordar su escudo en la ropa de cama y sus kimonos. Afirmaba que su familia estaba emparentada con Lord Byron. Compró un hermoso castillo en la campiña francesa y varias mansiones en Suiza, donde se recluía para pintar. En 1977 se trasladaron al emblemático Grand Chalet en Rossinière (Alpes Suizos) donde continuó pintando hasta su muerte en 2001.
Al final de su vida, en la década de los 90, con bastantes problemas de visión apenas distinguía sus bocetos por lo que comenzó a trabajar con una polaroid para realizar apuntes de sus modelos para futuros cuadros. Se obsesionó con una nueva modelo: Anna Wahli, la hija de su médico suizo. La pintó entre los 8 y los 16 años, éste se enamoró de la niña cuando una tarde, en el sendero que llevaba a la escuela comunal, la oyó tararear Mozart.
Tras el consentimiento paternal, el pintor, que tenía 82 años, y su última musa, de 8, quedaban cada miércoles en la casa de él. Se reunían siempre en la misma habitación, con las mismas cortinas y la misma chaise longue en la que se reclinaba o acostaba la cría para que el anciano la pintase o retratase. La rutina se mantuvo, inalterable, hasta que la niña, hija menor del médico que atendía la delicada salud del artista, cumplió 16 años.
De aquellas sesiones solo fructuó un solo cuadro, «Jeune fille à la mandoline» (Joven con mandolina), en el que Balthus trabajó entre 2000 y 2001 y dejó inacabado al morir en su última vivienda, en la villa suiza de Rossinière.
A los 92 años fallece, un 18 de febrero de 2001, al entierro, en el que cantó una pieza fúnebre Bono (U2), asistieron centenares de notables, entre ellos el presidente de Francia, la supermodelo Elle McPherson y el fotógrafo Cartier-Bresson.
Cuando su viuda, la artista japonesa Setsuko Ideka, organizó en 2014 una exposición de las fotografías, consiguió levantar de nuevo la indignación pública. En Alemania no pudo ser exhibida: fue considerada una apología de la pedofilia. En la Galería Gagosian de París se mostraron únicamente 200 de las 2.000 fotos, y se vendieron todas, al precio de 15.000 euros la unidad.

Para el artista las niñas eran «las únicas criaturas que todavía pueden pasar por pequeños seres puros y sin edad»
Las consideraba como ángeles y jamás tuvo acusaciones de comportamientos inadecuados con sus modelos. Siempre contaba con los consentimientos paternos y en algunos de sus posados asistían sus familiares.
En sus memorias, Balthus afirmaba: “Mis niñas sobrepasan la condición mortal, exaltan la vida con la tensión de su carne, con la luz que las rodea” .
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