La sierra de Gredos siempre ha sido especial para nosotros, primero porque es la zona de alta montaña que más cerca tenemos, donde más salidas hacemos, y en segundo lugar porque realmente es especial, tiene un circo único en España, rodeado de picos con una prominencia de más de 500 metros. Han sido muchas rutas, muchos días de esfuerzo y convivencia, de derrotas y de victorias, y espero que lo siga siendo por mucho tiempo.

La Galana ha sido uno de esos picos que te atrapa, tiene cierta brujería, la he ascendido en unas seis o siete ocasiones, dos o tres veces nos hemos tenido que dar la vuelta sin hacer cumbre por encontrarnos con placas de hielo o por el mal tiempo. Tiene unos pasos que despiertan la fantasía de cualquier montañero. Para aquellos amantes de la montaña que «no somos escaladores técnicos», cuando nos vemos obligados a utilizar las manos para ascender estamos haciendo algo más que escalar, sientes el cuerpo a cuerpo, cada uno con sus armas:

• La montaña muestra su grandeza, sus peligros, su belleza, su rigidez imperecedera, su robustez y soberbia, sabedora de su superioridad,…

• Nosotros nuestra fragilidad, nuestra sabiduría de conocer su peligrosidad y sus escondrijos, los pálpitos, la adrenalina, el miedo, la calidez de nuestras manos y nuestra mayor arma: la pasión…