DEL PALMAR A TRAFALGAR

01.- INTRODUCCIÓN.

02. CABALGANDO SOBRE EL MAR.

03. A PIE DE MAR: ENTRE PATERAS, MOLUSCOS Y EL PARAISO DEL SAJORAMI.

04. TRAFALGAR, UN PARAJE PARA NO OLVIDAR Y LA ÚLTIMA GRAN BATALLA EN EL MEDITERRANEO,

01. INTRODUCCIÓN.

Comienza una nueva temporada, este primer post reconozco que me ha costado trabajo ponerlo en pie, y creo que ha sido por lo convulso que ha sido el verano hasta la fecha, parece que la actualidad nos ha desbordado constantemente con noticias alarmantes: el COVID, el drama de Afganistán, la sacudida de las eléctricas, la violencia homófoba, las inundaciones por lluvias torrenciales o el volcán de Cumbre Vieja en la Palma,  desde aquí quiero manifestar toda mi solidaridad a todos los afectados, y principalmente a las personas que lo han perdido todo con el volcán de Cumbre Vieja, situación que todavía nos tiene sobrecogidos, espero que cuando la furia de la naturaleza se apague en la isla de la Palma y deje de ser noticia, las administraciones continúen trabajando para que los afectados vuelvan a recuperar sus vidas.

Después de esta obligada reflexión, ahora sí, decirles que “DEL PALMAR A TRAFALGAR” son algunas vivencias que sin buscarlas se hacen protagonistas de unas vacaciones donde no tenía más pretensiones que hacer un poco de deporte y principalmente descansar en compañía de la familia y algunos amigos, pero las inquietudes y la sensibilidad de cada uno siempre van con nosotros, para ellas no hay vacaciones, sin buscarlo no podía imaginar lo que me mostrarían algunas de las más hermosas playas de Cádiz.

DEL PALMAR A TRAFALGAR.

02.- CABALGANDO SOBRE EL MAR.

Verano de 2021, año de Covid, las vacunaciones comenzaron hace varios meses y la situación parece algo más controlada, han sido muchos meses de cierres perimetrales, toques de queda y en nuestro caso varios confinamientos. Tanto mi mujer, como mis hijas y yo, pasamos el Covid a principios de año, se hace necesario pasar unos días fuera, así pues, junto con varios amigos nos fuimos a pasar una semana de vacaciones, en este caso al Palmar de Conil, para disfrutar del mar, sus playas tan fantásticas, y por qué no, aunque cumpliendo con las normas sociales contra el covid, también para ver un poco de ambiente.

Uno de mis mayores placeres cuando estoy de vacaciones, es poder levantarme temprano, ponerme las zapatillas de deporte y salir a correr con la brisa del mar bien cerca.

El primer día que desperté en el Palmar decidí correr por el paseo que hay entre los chiringuitos y la playa, para continuar hasta la torre vigía que se encuentra entre el Palmar y Conil, este lugar ya lo conocía de otros años. El recorrido de ida y vuelta fueron unos 9 km., y cumplió todas mis expectativas. Si encuentro un lugar cercano a la playa donde pueda correr en llano sin el peralte de la playa lo prefiero, de esta manera evito molestias y posibles lesiones.

La playa del Palmar, es una playa extensa de arena fina preciosa…

Por la tarde, junto con mi esposa, como solemos hacer habitualmente, nos dimos un largo paseo por la playa pero en este caso fuimos en dirección contraria, hacia la playa Mangaleta , una playa sin servicios donde se practica el nudismo y se permite la presencia de perros.

La playa bastante ancha, con muy poco peralte, resulta agradable su paseo. Por desgracia me quedé el teléfono móvil en el bolso de playa custodiado por los amigos, y digo por desgracia, porque no pude fotografiar y grabar lo que nuestros ojos vieron, no sé si será habitual o no, pero a mí me pareció completamente extraordinario:

Un joven bañista llevando por el cabestro a un caballo de color negro, sin silla de montar, sin forzar, los dos caminado se introdujeron en el mar hasta quedar únicamente la cabeza del caballo y la del chaval al descubierto, por separado pero unidos por el cabestro, estuvieron nadando juntos durante un buen rato, y antes de salir los dos del agua, el jinete se subió a lomos del caballo, y agarrándose a sus crines salieron entre las olas hasta la arena, donde se pusieron a trotar entre el agua y la playa.

La verdad es que fue sorprendente, me dio la impresión de estar viviendo una fantasía, recordaba la escena de uno de los cuadros de Sorolla.

«El baño del caballo» de Joaquín Sorolla.

Después de preguntar, se trata de una práctica habitual para mejorar el rendimiento de los caballos, al parecer hay un club de polo bien cerca.

El segundo día, visto lo visto, decidí correr en sentido contrario, pero tenía que hacerlo por la playa pues no había un camino llano cercano al mar. En las primeras horas de la mañana, la marea estaba bastante baja y se corría estupendamente, el poco peralte y la humedad de la arena provocada por la bajamar le daba la consistencia necesaria para soportar el peso del cuerpo y correr con bastante comodidad.

Cuando salgo a correr me gusta llevar una mochila pequeña con el móvil, una pieza de fruta y una botella de agua, y cuál fue mi fortuna que volví a encontrarme con una imagen, aunque no exactamente igual, sí parecida a la de la tarde anterior, aunque en este caso el caballo llevaba un doble «churro» para garantizar su flotabilidad, y de ese momento, al llevar el móvil en la mochila, sí tengo imágenes afortunadamente. No fue tan impactante como la situación de la tarde anterior, pero aun así continuó impresionándome, un animal de belleza tan salvaje como el caballo y en medio del mar, me pone sin lugar a dudas…

Vídeo de caballo nadando en el mar.

03. A PIE DE MAR: ENTRE PATERAS, MOLUSCOS Y EL PARAISO DEL SAJORAMI.

Después de grabar el vídeo del jinete y el caballo, continué corriendo por la playa, y tras pasar un pequeño chiringuito me encontré con dos pateras pequeñas o cayucos, no se la diferencia la verdad, no pude por menos que pararme otra vez. No había mucha distancia entre ellas, probablemente llegarían casi a la par, estuve haciendo algunas fotografías. Dentro de las pateras todavía se mantienen bidones y cajas, imagino que para transportar agua dulce y algunos víveres durante la travesía de los migrantes. También pude contemplar en una de ellas un ladrillo atado a un palo, imaginé que podría servir para fondear en la oscuridad, no lo sé, la verdad es que no tengo ni idea de cuestiones marinas, pero me sobrecogía el imaginarme tan solo la situación que deben de pasar para cruzar de un continente a otro.

Justo delante de ellas, entre las rocas, encontré una especie de boya muy rudimentaria, con tres banderines en la parte superior: azul, blanco y azul, y con un ladrillo de contrapeso, atado de forma muy rudimentaria también, entiendo que la finalidad es para mantenerla vertical. Más tarde volvería a encontrarme otras similares junto a otras pateras, me paré delante de ella porque me pareció que podía tener algo que ver, al acercarme curioseando me di cuenta que tenía unos moluscos pegados que se abrían, aparecía un extraño ser con una cabeza muy brillante por la que algunos insectos se sentían atraídos, se acercaban y cuando estaban a tiro se cerraban y quedaban atrapados. Curioso el vídeo que realicé, si lo quieres ver lo he puesto justo a continuación de las fotografías.

Moluscos atrapando isectos

Curiosa es también la paradoja que se da entre los insectos y los migrantes africanos que se ven atraidos por un futuro tan brillante como la cabeza del ser extraño que sale del molusco, sintiendo el mismo tipo de atracción irrefrenable y que como algunos de ellos, llegan a perder hasta la vida intentando alcanzar su deseo.

Continué corriendo, había visualizado el faro de trafalgar y me lo puse como meta,

antes al pasar por una zona de rocas debajo de otro  chiringuito que daba paso a la playa del Sajorami, tropecé con restos de una zodiac, seguramente utilizada por migrantes también.

Proseguí adelante y atravesé la bonita playa de Sajorami. Aprovecho para decir que una de las tardes nos acercamos y le hace justicia la fama que tiene, dispone de unos cuantos chiringuitos a pie de playa que no estan nada mal, suelen hacerse acompañar de música en directo haciéndote disfrutar de un buen atardecer y por supuesto de unas impresionantes puestas de sol.

Después de este inciso de las tardes noches en el Sajorami, volvemos al punto donde estaba,

Tras sobrepasar la zodiac destruida, me adentré en la playa del Sajorami, era aún temprano y estaba con muy pocos paseantes, el faro de trafalgar ya de frente se encontraba a poco más de 1km., pero antes me volví a encontrar con otra patera semi hundida en la tierra, algo más grande que las anteriores, esta se encontraba ya en la playa contigua, llamada de la Aceitera, cada vez que te encuentras con una de ellas es como si el cuerpo se revolviese para decirte algo, no puedes por menos que dejar de correr y volver a pararte otra vez, la adrenalina o lo que generes cuando corres se paraliza de pronto, son muchas imágenes las que han llegado ya hasta nuestros cerebros sobre el drama de los migrantes africanos como para que pasemos de largo, al estar semihundida en la arena no me costó trabajo entrar dentro, disparar la mente e imaginar sus miedos en alta mar entre esas cuatro tablas. (En los último 30 años ha habido 6.714 muertes en aguas del Estrecho, según la ONG «Andalucía Acoge», y Alrededor de 1.150 personas han muerto en el primer semestre de 2021 intentando llegar a las costas de Europa, cubriendo la travesía a través del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, según europa press)

a bordo de una patera

04. TRAFALGAR, UN PARAJE PARA NO OLVIDAR Y LA ÚLTIMA GRAN BATALLA EN EL MEDITERRANEO.

Vuelvo a correr, ya está muy próximo el faro de Trafalgar, apenas un km., llego hasta la misma base,

pero antes de subir hasta el faro me aproximo a las rocas que hay justo debajo y encuentro otra boya rustica encayada, podría corresponder a la patera anterior o cualquier otra, pero en este caso las banderas de colores cambia a color naranja en los extremos.

Fui haciendo demasiadas paradas y se me hizo un poco tarde, podría haberme dado la vuelta pues el objetivo ya lo había conseguido, pero hubiese sido como renunciar a una cima teniéndola al alcance de la mano y sin motivo alguno, así pues, como buen montañero, me dispuse a subir hasta el faro y aprovechar un poco más la salida. llamé para avisar que me retrasaría un poco y me dispuse a subir. Hay unas pasarelas de madera que lo facilitan, el desnivel probablemente no sea superior a los 20 metros.

Al llegar arriba la pasarela continúa rodeando todo el faro, se encuentra vallado perimetralmente, al finalizar la pasarela en su parte derecha se puede ver una torre vigía del siglo XVI, que mandó construir Felipe II para vigilar la llegada de los piratas berberiscos ( Por cierto, el topónimo de Trafalgar procede del árabe ”el cabo de la cueva»). .

al aproximarme a ella la pasarela termina, salto por el quitamiedos y sobrepasando sin dificultad algunas rocas consigo bordear y pornerme a otro lado, frente al mar, las vistas son espectaculares, el faro con sus treinta y cinco metros me guarda la espalda, delante el oceano Atlántico en todo su esplendor, a la derecha la playa de la aceitera y seguida la del Sajorami, y a la izquierda los Caños, una pasada.

Justo en la parte de la torre vigía que da la cara al mar se encuentra una placa dedicada a Santiago Santiago González «Tati» y a todos los que entregaron su vida a estos mares. Santiago era un joven de 24 años de edad y vecino de El Puerto de Santa María, que desapareció en la tarde del 19 de septiembre de 2004, cuando hacía pesca submarina en las inmediaciones del cabo de Trafalgar, junto a la Cala del Aceite, en la costa de Barbate.

Ese mismo verano también fallecieron un joven chipionero de 26 años haciendo igualmente pesca submanira, y una joven alemana de 23 años que se bañaba con su hermana gemela en aquellos lugares, imagino que no habrán sido las últimas personas que han perecido en estas aguas. Advierten que hay unas corrientes marinas en estas zonas del Cabo de Trafalgar que son bastante fuertes y con las que hay que tener respeto y cuidado, cuando sopla el poniente se levantan enormes olas y cuando lo hace el levante, hay ocasiones en las que dicen que podría arrastrar hacia su interior hasta una ballena (Tengan precaución, he leído en bastantes sitios esta advertencia).

A partir de aquí, la pasarela se vuelve a retomar y dentro del vallado se puede apreciar una escultura, una especie de ser amorfo con colas de pescado y redes de marineros en su base, curiosa:

– El entorno, el ruido de las olas y la brisa del mar te pueden hacer despertar la imaginación con esta enigmática escultura,

continuo por la pasarela y descubro una cala preciosa, la posición del sol a estas horas la favorece, las pasarela tiene una bifurcación hacia la derecha que prácticamente te lleva en volandas sobre las dunas de arena, hasta desembocar en un auténtico paraíso,

hay tres personas haciendo nudismo, dos mujeres jugando entre las olas en la parte derecha, y un varón ensimismado contemplando el mar en la parte izquierda, reconozco que nunca me ha seducido demasiado el tema de hacer nudismo, pero entiendo que se hiciese en aquel lugar y en aquel momento, porque era sencillamente mágico, el paraje no tenía desperdicio a aquellas horas de la mañana,

a continuación de la cala y debido a la marea baja de la mañana, se encontraban unos arrecifes en formas circulares donde el agua del mar entraba anegando todos los círculos, pero sobre cuyos contornos se podía caminar perfectamente casi hasta el mismo borde, donde el mar parecía desbordarse, permitiéndo que pudieses adentrarte en esa maravilla.

Los círculos en realidad se han formado por la mano del hombre, según cuentan, antiguamente sacaban las piedras de este lugar para hacer las ruedas de los molinos.

Después de recrearme haciendo varias fotografías me di cuenta que detrás de mí se encontraba una  patera de las grandes, abierta por la proa, muy probablemente chocó contra las rocas al tratar de desembarcar, (Si continúan leyendo entenderán por qué).

Esta patera tenía dentro el mismo tipo de boyas con las tres banderitas que me había encontrado anteriormente, además en su interior se podían ver, al igual que en las otras, varios bidones para el transporte del agua y otros desperdicios humanos, se supone que utilizados durante la travesía.

En la parte exterior de la patera hay una serie de pintadas que te hacen reflexionar, me puse a realizar fotografías desde todos los ángulos y he de decir que mientras las estaba haciendo un cúmulo de sensaciones me invadieron, entre ellas la belleza del lugar y la miseria humana de la que no podemos dejar de ser participes.

entre la patera, los arrecifes y el mar, también sobresalían unos bloques de piedra  que lo hacían a la vez de hermoso desolador, este lugar además de ser testigo de muchos ahogamientos de migrantes intentando llegar a nuestras costas, también fue testigo de la última gran batalla que se desarrolló en el mediterraneo, la batalla de Trafalgar:

En diciembre de 1804 España había declarado la guerra a Gran Bretaña, situándose al lado de Napoleón en su guerra contra la potencia insular. Los grandes planes que albergaba el emperador en la unión de las flotas francesa y española se vinieron abajo cuando el almirante Horatio Nelson las destruyó en Trafalgar el 21 de octubre de 1805.

El almirante Nelson murió durante el combate y el comandante francés Villeneuve terminó suicidándose al año siguiente. El cadáver de Nelson fue desnudado y conservado en un barril de brandy de Jerez para evitar su deterioro en la travesía hasta Londres. A su llegada fue enterrado con honores militares en una ceremonia de una solemnidad nunca antes conocida en el Reino Unido. Actualmente yace en la cripta de la catedral de San Pablo de Londres. Por esta razón una de las plazas más conocidas de Londres tiene el nombre de Trafalgar.

Dicen que en el fondo de sus aguas todavía se ven galeones de la época.

Casi 5.000 personas perdieron la vida en la batalla de Trafalgar.

Curiosamente el paisaje que se aprecia con la marea baja, el sol saliendo, la bruma de la mañana y las piedras varadas en la playa, te da la impresión de estar ante un gigantesco cementerio marino, algo surrealista la verdad, pero tanto la historia como las imágenes te desbordan.

Continué hacia adelante y a escasos metros, en otra pequeña cala la historia vuelve a hacer acto de presencia, allí se encuentran restos de un asentamiento hispano musulmán y  justo debajo de la arena, hace tan solo dos años, debido a un temporal, a escasos centímetros de profundidad se destaparon restos de la construcción de una fábrica romana de salazones, que con el paso del tiempo la arena ha vuelto a cubrir. La cala es pequeñita pero preciosa también, esta flanqueada por arrecifes iguales que los anteriores, donde algunos pescadores imagino que trataban de atrapar los peces que con la marea baja podían haber quedado atrapados entre las rocas.

Continué dando la vuelta al cabo de Trafalgar, pasando por la playa de Marisucia, ésta es muy apreciada por los que practican Kitesurf, es una playa donde el mar suele arrastrar algas y más objetos que llegan a su orilla tras varios días de Levante o de los grandes temporales, dicen que no es difícil llegar a ver alguna tortuga varada, es una playa virgen, de arena fina y agua cristalina. También es conocida como Playa de la Curva.

Playa de Marisucia con la marea baja en su parte más cercana al cabo de Trafalgar.

Continué dando la vuelta al cabo de Trafalgar y me encontré con una pista que da acceso al faro por la que no pueden transitar vehículos, pero por la que caminando si se puede acceder, es una pista de poco más de un km. con un fácil acceso al faro.

Antes de comenzar la elevación del islote se encuentra una rotonda con un monolito que contiene una placa con una cita de Benito Pérez Galdós de su primera obra de los episodios nacionales «Trafalgar».

Proseguí bordeando la isla, entre dunas, hasta volver a encontrarme con la playa de la aceitera y coger la ruta de regreso a casa.

En el día de ayer, 28/09/2021, María Martín publicaba un artículo en el diario el País con datos estadísticos escalofriantes, entre ellos las cifras de muertes en el Estrecho y el Mar de Alborán las describe como preocupantes. Hasta el 15 de septiembre se habían registrado 240 víctimas, casi el doble de las 131 de 2020.

.»…Los testimonios de los supervivientes señalan que los viajes son cada vez más arriesgados. Según la OIM, uno de los siete sobrevivientes de una embarcación que transportaba 54 personas que estuvieron a la deriva durante dos semanas antes de zozobrar cerca de la costa de Mauritania a mediados de agosto, contó que perdieron el motor después de tres días en el mar y se habían quedado sin comida y agua. “La gente empezó a morir”, relató. “Sus cuerpos fueron arrojados al mar para que el bote no pesara demasiado y muriéramos todos. Había gente que parecía que se había vuelto loca, a veces se mordían, gritaban y se tiraban al mar“…»

Problemente sea la carrera en la que más paradas he realizado en mi vida y también les puedo asegurar que ha sido uno de los días en los que más sensaciones diferentes y encontradas he tenido, la belleza del lugar te embriaga completamente y a la vez te estremece por dentro la indiferencia con la que podemos llegar a convivir con uno de los grandes dramas del siglo XXI.

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