1º) Introducción.
2º) La violencia se apodera de Florencia.
3º) La adoración de los Magos y San Jerónimo.
4º) Comentario.
5º) Fuentes de documentación.
1º) INTRODUCCIÓN.
Leonardo fue un genio sin lugar a dudas, pero de lo que no cabe duda también es que fue un mortal como cualquiera de nosotros, con sus luces y sus sombras, su adolescencia en el taller de Verrocchio coincidió con una etapa de Florencia pletórica; su inteligencia, imaginación, curiosidad, juventud, belleza y el estar en el momento adecuado con los medios necesarios a su alcance, probablemente consiguieron hacer de él una persona dichosa y que llegase a vivir una de las mejores etapas de su vida.
En cualquier sociedad, durante la adolescencia, los logros se suelen elogiar y las torpezas se suelen perdonar, pero cuando se salta al terreno profesional con las torpezas no se suele ser indulgente, nadie se anda con miramientos, el que aporta un dinero para que se le preste un servicio quiere recibir lo acordado.
En este post, veremos una muestra de lo difícil que le resultó a Leonardo dar ese salto de aprendiz a profesional, en un momento en el que las luces de Florencia perdían cierta intensidad.
Un asesinato donde estaba implicada la iglesia, un ahorcamiento y el sueño de una obra perfecta harían cambiarlo todo. Florencia ya no sería la misma y Leonardo no termina de encontrarse,
«puede tocar los sueños pero no puede hacerlos realidad«.
2º) LA VIOLENCIA SE APODERA DE FLORENCIA.
Leonardo, tras instalarse por su cuenta, pronto comenzó a recibir encargos, pero la política en Florencia comienza a turbarse demasiado, tanto que su vida también daría un giro muy brusco, y luego veremos por qué, pero para entenderlo es necesario que veamos cómo fue cambiando la situación en Florencia y los detonantes de dicho cambio:

– el Papa Sixto IV
Florencia estaba casi rodeada por los territorios del Papa, pero ese reino no era suficiente para el codicioso Papa Sixto IV, el Papa conspiraba para expandir su poder hasta el norte de Italia, a las tierras dominadas por los Medici, pero antes necesitaba destruirlos , para lo cual el Papa Sixto encontró un aliado en el banquero rival, Francesco Di Pazzi. El Papa transfirió sus cuentas a las arcas de la banca familiar de los Pazzi, pero los Pazzi querían más que la cuenta papal, querían deshacerse de los Medici para siempre.
En 1478, en pascua, en la celebración del príncipe de la paz, los Medici se ubicaron en los sitios tradicionales, no tenían ni idea del peligro que corrían, en un momento determinado de la misa todo empezó, el joven Juliano de Medici recibió 19 salvajes puñaladas y se desangró en el suelo de la catedral, su hermano herido Lorenzo, apenas pudo escapar.

la familia de los Medici contraatacaron rápidamente, aplastaron el alzamiento de los Pazzi con una violencia extraordinaria y de forma despiadada, no hubo derechos para los criminales, se deshicieron de ellos de manera pública, a uno de los criminales lo colgaron junto a otro de sus compañeros conspiradores, el Arzobispo de Pisa, arrastraron su cuerpo, lo cortaron y lo humillaron de todos los modos posibles.
La conspiración de los Pazzi resultó un fracaso, por lo que Bandini (uno de los asesinos) huyó como el resto de conspiradores, pero lamentablemente para él, fue detenido en su huida hacia Constantinopla el 23 de diciembre de 1479 y ahorcado el 29 de diciembre ante una multitud entusiasta, entre los que se encontraba un testigo de excepción, Leonardo da Vinci estaba allí, dibujando el cadáver colgante, Leonardo hizo el famoso dibujo de Bernardo Bandini Baroncelli colgado de la horca.

Leonardo realizó un trabajo testimonial describiendo en la parte superior del dibujo el atuendo que llevaba en el momento del ahorcamiento: “berettino de Tane, doblete de satén negro, Cioppa negro forrado, chaqueta tuchina alinea con la garganta de zorro, y ‘el cuello de su abrigo de terciopelo soppannato, appicchiettato negro y rojo, Bandino Baroncigli Bernardo; medias negras”.
Muy probablemente esas anotaciones las realizó pensando en una pintura que pudiera ser encargada por los Medici, que finalmente no fue así.
El Papa como castigo excomulgó a Lorenzo de Medici por haber ejecutado al arzobispo de Pisa, y envió el ejercito de Nápoles para invadir Florencia. el ejercito de Nápoles muy superior aplastó a las fuerzas florentinas. Lorenzo tuvo claro que la situación de la ciudad era desesperada, sus tropas iban cayendo, debía de encontrar la manera de parar la guerra y salvar de algún modo Florencia.
El imperio otomano muy temido por los europeos cristianos había estado amenazando la península entera. Florencia , Nápoles y los estados papales corrían peligro, en una jugada atrevida y peligrosa Lorenzo viajó para enfrentarse con Fernando en Nápoles, cara a cara, para tratar de convencerle que debían de unirse en lugar de luchar unos contra otros, la guerra se había convertido en una cosa habitual en sus vidas. Lorenzo tras convencer al rey de Nápoles de terminar la guerra, regresó triunfante llevando la paz a Florencia.
3º) LA ADORACIÓN DE LOS REYES y SAN JERÓNIMO.
La guerra influyó en Florencia, ya no era la misma, ni Florencia ni los Florentinos, y la mala situación económica también le llegó a Leonardo, fue entonces cuando encargaron a Leonardo «la adoración de los Magos«, era su primer trabajo importante, pero el contrato estaba algo envenenado. La Adoración fue un encargo que Leonardo recibió en 1481, por parte del convento de San Donato.
Su padre era notario de los monjes y les compraba la leña. Ese año le dieron dos pollos por los servicios que les había prestado, que incluían negociar un enrevesado contrato para que su hijo pintara la Adoración y, además, para que decorase el reloj del convento.
El contrato establecía que pondría de su bolsillo «los colores, el oro y todos los demás costos que pudieran surgir». La pintura debía entregarse «en un plazo máximo de treinta meses»; de lo contrario, Leonardo se vería forzado a ceder todo lo que hubiera hecho sin obtener a cambio ninguna compensación.
A los tres meses el plan estaba claro que empezaba a torcerse, Leonardo no pudo hacer frente al primer pago de la dote, por lo que se endeudó con el monasterio. Además, tuvo que pedir prestado dinero para comprar pintura. Le pagaron la decoración del reloj del convento con un haz de leña, pero le cargaron en su cuenta “un barril de vino tinto”. Así uno de los artistas más innovadores de la historia se vio adornando un reloj a cambio de leña, pidiendo prestado dinero para poder pintar y gorroneando vino.
Siete meses después del encargo del cuadro, cesaron los pagos y la obra quedó inacabada.

La escena que Leonardo proyectó pintar en la Adoración de los Magos era una de las más populares en la Florencia renacentista: La fiesta de la Epifanía, que conmemora la revelación de la divinidad de Jesucristo y la adoración de los Reyes, se celebra cada enero en Florencia con un día de festejos y recreaciones de la procesión de los Magos. Estas fiestas alcanzaron su cénit en 1468, cuando Leonardo, un aprendiz de quince años, trabajaba en los grandes espectáculos de los Médicis encargados al taller de Verrocchio. – «toda la ciudad se convertía en escenario y en el desfile participaban cerca de setecientos jinetes, cada uno de los cuales llevaba una máscara tallada«.
Aunque Leonardo adoptó algunas ideas de Botticelli en su interpretación de la Adoración de los Magos, en el fondo no tenía nada que ver con ella, la de Leonardo tenía mucha más energía, emoción, incluso desorden. En su idea se notaba la influencia de los desfiles y espectáculos en los que tanto había trabajado desde la adolescencia. Trató de reproducir un remolino, una espiral, en cuyo centro situaba al niño Jesús, en torno al cual giraba, envolviéndolo, una frenética procesión de por lo menos setenta personas y animales (que luego fue recortando) a través de los cuales narra una historia en la espiral que forma con los personajes en el sentido de las agujas del reloj. Leonardo quería transmitir todo el asombro y el sobrecogimiento de los magos y de la muchedumbre que los acompañaba ante la revelación de que Jesús era el Mesías recién nacido, la encarnación de Dios.
Leonardo hizo numerosos estudios preparatorios donde las figuras aparecían desnudas, recordemos los consejos de Alberti de que el artista tenía que construir la imagen del cuerpo humano desde dentro hacia fuera, ideando primero el esqueleto, después la piel y, a continuación, la ropa. Pero también exploraba en estos estudios los giros corporales, las expresiones y las emociones que debían recorrer la obra entera, así como la perspectiva, con una precisión matemática, o la incidencia de la luz en cada uno de los personajes en cuanto a los colores y las sombras que estos generaban entre sí, pero además dotando a cada personaje de su propia singularidad de gesticulación y movimientos, cada uno debía tener una pose y unas emociones únicas. Leonardo escribió en su cuaderno de notas: «No repitas los mismos movimientos en la misma figura, ya sean de los miembros, de las manos o de los dedos, ni repitas la misma postura en una pintura que narre una historia«.

Esta obra es una demostración de como Leonardo construía con un pilares científicos su arte imaginativo, armonizando ciencia y arte con una maestría única, inigualable en la época, sus amplios y diversos conocimientos congeniaron en este cuadro para crear un torbellino de drama y emociones.
Pero todo esta perfección desmedida pudo ser la causa de la cantidad de obras que dejó inacabadas, según Vasari al hablar de las obras inacabadas de Leonardo, el problema consistía en que sus ideas eran tan «sutiles y maravillosas» que eran imposibles de ejecutar sin defectos, «Se encuentra que Leonardo para la inteligencia del arte comienza muchas cosas que nunca termina, pareciéndole que la mano no podía añadir más perfección a las cosas, que imaginaba, con esto, ideaba tales dificultades, que con las manos, aún que ellas fueran muy excelentes, no sabrían expresarlo nunca«. para Lomazzo, otro de sus primeros biógrafos, «no terminaba ninguna de las obras que comenzaba porque era tan sublime su idea del arte que veía defectos hasta en cosas que a otros les parecían prodigios.«

Cuando Leonardo salió de Florencia rumbo a Milán depositó el cuadro inacabado en casa de su amigo Giovanni de Benci, el hermano de Ginevra.
Alrededor de la misma época, más o menos, Leonardo también realizó otra obra inacabada, donde ponía de manifiesto su capacidad para unir los movimientos del cuerpo con los del alma, se trata de San Jerónimo:
«La obra inacabada representa a san Jerónimo, un erudito del siglo IV d. C. que tradujo la Biblia al latín durante su retiro como ermitaño en el desierto. Con un brazo extendido y retorcido, sostiene una piedra con la que va a golpearse el pecho como penitencia; a sus pies permanece el león, que se convirtió en su compañero después de que el santo le extrajera una espina de la pata. San Jerónimo, demacrado y macilento, constituye la viva imagen del arrepentimiento que implora perdón, aunque sus ojos revelan su fortaleza interior.»

Esta pintura representa el primer dibujo anatómico de Leonardo pero a su vez aquí da rienda suelta a su deseo de retratar emociones, todo el cuerpo del santo, contorsionado y arrodillado, transmite pasión.
Pero hay un detalle, una curiosidad, en este cuadro que nos desvela hasta donde podía llegar la obsesión por la perfección y su inconformismo, según Martin Clayton (conservador de dibujos de la colección Windsor) corroborado por estudios con infrarrojos, este cuadro se pintó en dos fases, en 1.480 la primera y en 1.510 la segunda, fue en esta segunda fase cuando tras sus trabajos de disección de cadáveres descubrió que «el esternocleidomastoideo» (músculo que va desde la clavícula hasta el lateral del cuello), no era un sólo músculo, en realidad se trata de uno doble, por lo que veinte años después retocó el cuadro para corregir el error. Aún así, el concepto idealizado que guardaba en su mente de la obra no consiguió reflejarlo y el cuadro continuó inacabado.
Como ya he repetido en más de una ocasión, y no me importa seguir haciéndolo, uno de sus grandes referentes fue Alberti, y se obsesionó con cumplir uno de sus principios básicos: «que los artistas creasen los cuerpos desde dentro hacia fuera». Leonardo llegó a escribir:
«Es cosa necesaria al pintor, para ser bueno en la organización de los miembros, en las actitudes y los gestos que se pueden representar en el desnudo, conocer la anatomía de los tendones, huesos, músculos y ligamentos«.
«El movimiento que se representa debe ser apropiado al estado mental de la figura. Los movimientos y postura de los personajes deben mostrar el verdadero estado mental del originador de dichos movimientos, de tal manera que no pueda significar nada más. Los movimientos deben anunciar los movimientos de la mente.»
La Adoración de los Magos y el San Jerónimo demuestran que Leonardo fue pionero en un estilo nuevo que trataba los cuadros e incluso los retratos como explicaciones psicológicas de una narración. Esta forma de entender el arte, seguro tuvo mucho que ver con sus trabajos y su afición a los desfiles, a los montajes teatrales y a los espectáculos cortesanos; Leonardo podía conocer como los actores fingían sus sentimientos, como gesticulaban, como respondía el público, sus expresiones ante el asombro, la ira, la melancolía o el humor. A Leonardo le encantaba plasmar en sus cuadernos los gestos y las emociones de las personas.

Pero en esta etapa, alrededor de 1.480, ciertos biógrafos de su vida, como Walter Isaacson, achacan su incapacidad de terminar La Adoración de los Reyes y el San Jerónimo a que podría ser el efecto o la causa de una depresión. Sus cuadernos alrededor de 1.480 aparecen llenos de expresiones de abatimiento, incluso de angustia, en una página en la que incluye dibujos de un reloj de sol y de una clepsidra, se lamenta de lo triste que resulta abandonar una obra sin terminar, en otras lanza un grito de angustia:
«Cuando creía aprender a vivir, he aprendido a morir…«
También en sus cuadernos de esta época hay algunas citas personales de amigos dirigidos a él:
«Leonardo, ¿ por qué tan turbado?»
En otra cita de un tal Johannes dice:
«No hay don perfecto sin gran sufrimiento. Nuestras glorias y nuestros triunfos son efímeros«
Mientras Leonardo andaba cabizbajo y aparentemente bastante decaído, otro artista como Botticeli, al que no le costaba terminar las obras, se había convertido en el pintor favorito de los Médicis. En 1478 Botticelli pintó el retrato de los conspiradores que habían asesinado a Juliano de Médicis y habían herido a su hermano Lorenzo. El dibujo que Leonardo realizó sobre el ahorcamiento de uno de los asesinos, con anotaciones de todos los detalles, los Médicis se lo encargaron a otro artista y cuando el papa Sixto IV convocó en 1.981 a destacados artistas florentinos y de otros lugares a Roma para decorar al fresco de la capilla Sixtina; contó con Botticelli pero Leonardo no fue seleccionado.
Leonardo no se encuentra bien y su situación tampoco es buena, creo que pudo ser consciente de su valía pero también de que allí no tenía perspectivas de futuro, Leonardo ve la necesidad de nuevos horizontes.
En 1.482, haciendo un enorme esfuerzo rompe con su pasado y se lanza a un nuevo destino, cuando cumplió los treinta, Leonardo da Vinci abandonó Florencia con destino a Milán.
4. COMENTARIO.
Esta etapa para Leonardo no fue fácil, algunos tronos que había en su cabeza empezaron a desmoronarse. Leonardo sale del taller de Verrocchio consciente de su nivel de inteligencia, de sus capacidades por encima de la mayoría y con cierto reconocimiento por parte de todos, pero la vida, a veces, acostumbra a ponernos a ras de suelo cuando pensamos que el universo tiene que andar a nuestro alrededor y en realidad somos tan frágiles y tan insignificantes que cualquier acontecimiento puede hacer cambiar nuestras vidas de la noche a la mañana.
La codicia del papa Sixto IV, la rivalidad de los Pazzi y el asesinato del joven Juliano de Medici pudieron ser el detonante que dio un cambio en las vidas de los Florentinos, al igual que lo pudo hacer en la vida de Leonardo. Las guerras y la venganza se adueñaron de un pueblo que seguro fue perdiendo la sonrisa; la economía resentida, los desfiles, los festejos y la cultura, artistas incluidos, muy probablemente pasaron a un segundo o tercer plano (no es difícil intuirlo visto lo que nos está sucediendo con el COVID en la actualidad) donde solamente los más ávidos conseguirían salir adelante, y precisamente Leonardo no era de los pintores prolíficos y rápidos en la realización de sus obras, más bien todo lo contrario.
En estos momentos tan difíciles, Leonardo además se encontró con el encargo de «la Adoración de los Magos«, la obra perfecta para verter todos sus conocimientos, para satisfacer la necesidad de reunificar todo lo aprendido, todas sus investigaciones, todos sus años de introspección, de contemplación de la naturaleza, de aprendizaje en el taller de Verrocchio, de aprendizaje en los libros de Alberti y Brunelleschi, de sus trabajos para las fiestas y los desfiles que organizaban los Medicis, era consciente que era la obra de sus sueños.
Pero Leonardo se encontró con dos grandes problemas, el primero que era un buen pintor, tan bueno como el mejor, pero no podía pintar a contra reloj, y en segundo lugar que probablemente se tuvo que dar cuenta que aplicar todos sus conocimientos a todas las figuras y elementos del cuadro era una tarea que le llevaría un tiempo que no podría permitírselo nunca, y hacerlo de otra manera, sin aplicar sus conocimientos, es algo que su nivel de exigencia y su perfeccionismo tampoco se lo permitiría de ninguna de las maneras, aún así la «ADORACIÓN DE LOS MAGOS» es considerada como una de las obras más perfectamente inacabadas, casi perfecta.
Esta impotencia de verse maniatado por él mismo, y las repercusiones económicas que le depararon por tener esa actitud, tuvo que ser como una buena «leche» de realidad en la cara, esa misma que todos, más tarde o más temprano algún día nos llevamos, que nos hace poner los pies en el suelo y empezar a madurar.
Fue una etapa difícil en la que poco a poco se vio embargado por la depresión y la tristeza, probablemente, por la frustración de no ser capaz de dar vida a la pintura de sus sueños.
Esa frustración pudo llevarle a no terminar también otras obras como «SAN JERÓNIMO«. Leonardo se siente abatido pero no acabado, haciendo fuerzas de flaquezas decide poner rumbo a nuevos horizontes, Milán le espera, ciudad en la que para sobrevivir tendrá que reinventarse,
pero eso será en el próximo post.
5. FUENTES DE DOCUMENTACIÓN.
- Leonardo Da Vinci – Biografía. Giorgio Vasari.
- El imaginario de Leonardo. Códices Madrid de la BNE.
- Leonardo Da Vinci- La Biografía- Walter Isaacson.
- Tratado de la pintura -Leonardo Da Vinci- (de Rafaelle dv Fresne)
- documental de canal historia «Leonardo da Vinci y su código de vida.
Josechu PR